Bailar en el alambre

Diego Izco (SPC)
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El Barça cayó eliminado en el 16º partido (de los 56 jugados este año) que ha comenzado perdiendo

El entrenador del FC Barcelona, Hansi Flick - Foto: Isabel Infantes

De la derrota de Milán salieron de la mano muchas sensaciones encontradas. Del orgullo a la indignación, de la tranquilidad de conciencia por haberlo dado todo a la amargura de la oportunidad perdida… Pero los datos, fríos, los que no entienden de sensaciones, hablan del 16º partido de la temporada que el Barça empezó perdiendo. Demasiados. El equipo puede presumir este año de firmar grandes remontadas, y en el recuerdo reciente del culé medio estaba el 4-3 ante el Celta después de ir perdiendo por 1-3 a los 63 minutos o la final de Copa ante el Real Madrid, ganada con un 3-2 cuando Tchouaméni había puesto el 1-2 en el 77 de partido. Sin embargo, es una evidencia que el cuadro culé ha tenido que remar con marea en contra en el 28,6 por ciento de los choques este año (56), lo que supone un pequeño agujero negro en medio de la inmensa alegría futbolística que ha traído el alemán Hansi Flick. 

El Barça tuvo la final en su mano y ese 'extraño' gol de Acerbi (un central haciendo de delantero, una falta previa de Dumfries a Gerard Martín…) en el minuto 93 lo desbarató todo. Pero todo habría sido más fácil de no haberse ido al descanso con un 2-0. En efecto, fue la 16ª vez del curso en que el marcador empezó sonriendo al rival, lo que ha cristalizado en siete victorias azulgrana, dos empates y otras siete derrotas. Es decir: ha adquirido una justa fama de equipo que reacciona y remonta (tras tener dos goles de desventaja, le hemos visto ganando a Benfica, Atlético o Celta, y empatando con el propio Atleti e Inter), pero afecta 'solo' al 44 por ciento de los duelos de esta 24/25. 

Lo logró en la primera jornada de Liga, como una hermosa declaración de intenciones de lo que iba a ser el año: encajó el primer gol en Mestalla (Hugo Duro, minuto 44), pero un doblete de Lewandowski dibujó la primera voltereta del año. En la competición doméstica ha habido otras tres, la última el pasado fin de semana en Valladolid (del 1-0 al 1-2 final). Las victorias más llamativas se vivieron en la final de la Supercopa de España, que arrancó con un 1-0 a favor del Real Madrid y terminó con un 2-5 para los de la Ciudad Condal; en las semifinales de la Copa, en las que el Atlético marcó el primer tanto del partido tras el 4-4 de la ida y el Barça arrolló con un 2-4; y, sobre todas ellas, la de Lisboa ante el Benfica en la fase de grupos: los locales marcaron primero e incluso llegaron a ponerse con un 4-2 en el minuto 78, pero Lewandowski, Eric García y Raphinha en el 96 elevaron el marcador hasta un 4-5 final. 

En las otras nueve ocasiones en que encajó el primer gol, el Barça no logró ganar su partido. Tuvo mucho mérito (en ese 4-4 copero ante el Atlético) reaccionar tras empezar perdiendo por 0-2 en Montjuïc; y mucho más, en las semifinales europeas ante el Inter, no haber perdido la cara al partido a pesar de arrancar por detrás con 0-2 y 2-0 ambos partidos (3-3 en la ida y 4-3, gracias a la prórroga, en la vuelta). Pero 'regaló' siete derrotas: Mónaco, Osasuna, Real Sociedad, Las Palmas, Leganés, Dortmund e Inter. 

Marcar primero

Aquel partido de Anoeta (13ª jornada de Liga) ha sido el único de la 24/25 en que se ha quedado sin marcar.  En los otros 40 duelos consiguió adelantarse en el marcador y ganó 34 de ellos (85 por ciento). Empató cinco (2-2 en Vigo tras ir ganando 0-2, 2-2 en el campo del Betis tras ponerse 0-1, 1-1 en Getafe tras el primer tanto de Koundé, 2-2 ante el Atalanta después de arrancar con un 1-0, y de nuevo ante el Betis, pero en Barcelona, que equilibró el 1-0 de Gavi). 

La única voltereta en contra que ha sufrido el Barça esta temporada la firmó el Atlético de Madrid en la 18ª jornada de Liga. Fue en los fatídicos meses de noviembre y diciembre, en que estuvo a punto de decir adiós al campeonato: Pedri puso el 1-0 a los 30 minutos, pero dos tantos de De Paul (min. 60) y Sorloth (min. 96) sellaron el 1-2. 



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