La primera plantilla de Osasuna se ha dado un baño de masas en su estadio, a tres días de visitar al Villarreal, con la presencia de más de 5.500 niños y niñas que engloban el proyecto Aula Rojilla.
Nueva jornada de trabajo para los hombres que dirige Vicente Moreno, quienes han cambiado las instalaciones de Tajonar por un Sadar que ha abierto sus puertas para que los jóvenes osasunistas de entre 6 y 12 años viesen en directo a sus ídolos.
Esta iniciativa se debe a Aula Rojilla, un proyecto del club que se desarrolla en centros educativos de Navarra a lo largo del curso escolar, durante un mes en cada colegio. Una vez ha finalizado el entrenamiento los integrantes de los primeros equipos masculino y femenino han saludado a todos ellos, quienes les han dedicado la canción "Somos un equipo".
Con el regreso de Bryan Zaragoza al grupo, Moreno tan solo cuenta con la baja de Moncayola y la de Catena por sanción para la cita del sábado. El primero de ellos todavía no ha regresado con el grupo y su vuelta a los terrenos de juego es una incógnita, restando un mes para el final del campeonato. Pablo Ibáñez parece haberse ganado el puesto en los que parece serán sus últimos encuentros como rojillo.
La sesión ha transcurrido sin incidentes, con ejercicios de contragolpe y repliegue y un partido de fútbol que ha hecho las delicias de los asistentes, ataviados todos ellos de rojo.
Con ganas de prolongar su buen estado en Liga, Osasuna encara el partido ante el submarino con la determinación de no echarse atrás en un campo complicado, con el objetivo de ir a por los tres puntos desde el comienzo.