Un juego mítico que sigue en plena forma

Javier Vargas (SPC)
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El 'Pac-Man' ha conquistado a varias generaciones con su simple mecánica de laberintos y fantasmas

Un juego mítico que sigue en plena forma

Hace 45 años, exactamente un 22 de mayo de 1980, veía la luz en Japón Pac-Man, el  icónico videojuego del comecocos que, con su mecánica aparentemente simple de laberintos y fantasmas, conquistó a toda una generación cambiando para siempre las normas del entretenimiento.

Este título es el icono más longevo de los videojuegos, el más reconocible. El personaje que más años ha estado en la historia. «Todo el mundo distingue su silueta en sus más de 200 apariciones en el mundo de los videojuegos», destaca José Carlos Tapia, director de marketing de Bandai Namco, empresa responsable del título.

Desde su salida como juego para salones recreativos en 1980 se convirtió en un éxito sin precedentes, batiendo dos récords mundiales al ser el título que más máquinas ha vendido desde entonces, con unas 300.000 recreativas en sus primeros siete años, y lograr ser la de mayor recaudación.

«A día de hoy sigue presente en estos establecimientos y tiene el récord mundial de mayor recaudación de máquinas arcade. Es imposible medir todo lo que ha vendido Pac-Man. Ha estado presente en todas las consolas, con múltiples juegos, series de televisión, películas… Sin duda ha sido posiblemente uno de los videojuegos más vendidos de la historia», añade Tapia.

Para los que no sepan qué es el comecocos, como se conoce coloquialmente en muchos países, Pac-Man es una bola amarilla que tiene que comerse todos los puntos que hay dentro de un laberinto para poder pasar pantalla mientras es perseguida por cuatro fantasmas, cada uno con su personalidad.

El protagonista puede, además, recoger frutas para recibir premios o comerse unos circulos amarillos grandes que temporalmente le permiten ser inmortal y acabar con los fantasmas. Una mecánica de juego que podría parecer simple pero esconde un algoritmo único.

«Los juegos en aquella época eran muy sencillos, pero Pac-Man tiene un algoritmo muy curioso. Los fantasmas se comportan de forma diferente, cada uno de ellos cuenta por parámetros distintos», asegura el responsable de la firma nipona.

Un personaje que nació de la cabeza del diseñador japonés Toru Iwatani cuando quiso crear un juego de comer que se llamaría inicialmente Puck-Man (que surge de la onomatopeya japonesa paku, sonido que se hace al abrir y cerrar la boca). Un nombre que cambiaría a Pac-Man para ser más accesible al mercado occidental.

«Toru Iwatani cuando estaba creando el juego tenía ciertas bases creadas, sabía que quería hacer un juego de comer y ya había puesto las frutas, pero aún no tenía el personaje. Un día comiendo una pizza vio que faltaba una porción y de repente se le ocurrió la referencia a la comida y vio que ese iba a ser el diseño del personaje, es decir, una bola al que le falta una porción», asegura Tapia.

Para conmemorar esos 45 años, el estudio Bandai se ha aliado con OXO Museo del Videojuego para homenajear al personaje con una serie de eventos y exposiciones en sus sedes de Madrid y Málaga, al margen de soltar Pac-Man gigantes por distintos puntos de ambas ciudades.

Más allá de las fronteras nacionales, Bandai Namco Entertainment presenta una colaboración para el exitoso juego Roblox; un libro de cocina de Pac-Man; un montón de accesorios de edición especial para Nintendo Switch, Xbox One y Xbox Series X|S de PowerA; y juguetes electrónicos jugables de DreamGear y máquinas arcade de Arcade1Up.



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