El amor pasional, el romántico, el de la amistad, el de padres a hijos y de hijos a padres. El amor en todas sus formas funciona como motor de vida, independientemente de las adversidades. Y es ese amor, en sus múltiples expresiones, el que también atraviesa cada página de Zapatos de lluvia (N de Novela), un relato en el que Mayte Magdalena da voz a millones de olvidadas en una España marcada por la pobreza y el estallido de la Guerra Civil.
Porque hubo un tiempo, no tan lejano, en el que hacerse un hueco en la historia siendo mujer era prácticamente impensable.
En ese contexto, la autora concibe a Paola, que se convierte en el rostro de la lucha cotidiana por la supervivencia. La protagonista es apenas una muchacha cuando, en el Madrid de principios del siglo XX, cansada de ser una carga para su familia, decide mudarse a la capital con una maleta repleta de sueños, anhelando experimentar la vida lejos de su pequeño pueblo.
Allí espera encontrar lujos, romance y sofisticación, pero pronto comprenderá que la realidad es mucho más cruda de lo que había imaginado. Alejada de sus raíces, como muchas otras jóvenes, entra a servir en una casa donde no solo hay trabajo sin descanso, sino también envidia y la inquina más profunda, lo que le obliga a madurar de manera precipitada.
Sin embargo, en medio del caos y a pesar de las dificultades, hallará también el amor en todas sus formas: la amistad, el valor de una familia escogida, la pasión de un romance auténtico y, sobre todo, el afecto incondicional materno que le empujará a hacer todo lo posible por garantizar la seguridad y el bienestar de sus hijos. El estallido de la guerra y la necesidad de sobrevivir fuerzan a Paola a cruzar unos límites que jamás imaginó.
La lucha de clases se presenta como telón de fondo que condiciona cada aspecto de la vida de los personajes, con una marcada desigualdad que define la sociedad del siglo XX en España, donde la pobreza de las criadas contrasta brutalmente con la opulencia de los hogares para los que trabajan.
Homenaje al pasado
Zapatos de lluvia no solo cuenta una narración, invita a los lectores a sentirla, emocionándose con cada giro y conexión en la vida de la protagonista.
Aunque la historia de Paola está ficcionalizada, Magdalena capta con gran sensibilidad una realidad del pasado: millones de mujeres quedaron al frente de sus familias mientras los hombres acudían al frente de batalla. Estas guerreras enfrentaron el hambre y el frío, pero también la soledad y el desamparo.
Más allá de relatar los horrores de aquella contienda, el libro es un homenaje a la valentía de aquellas que, en medio de la agitación, mantuvieron el tejido de sus hogares con una fuerza extraordinaria y una capacidad para encontrar esperanza incluso en los momentos oscuros. Es, en esencia, una celebración de las relaciones humanas que florecen en los entornos más hostiles
Magdalena (Madrid, 1961) logra que lo pequeño se convierta en universal y que la lucha individual de una mujer sea un homenaje a todas las que han resistido frente a la adversidad. Una novela que fusiona memoria y ficción en un tributo íntimo y universal a los sacrificios, las experiencias y emociones que marcaron a generaciones pasadas.
Diplomada en Pedagogía e Historia del Arte, la autora lleva casi cuatro décadas dedicada a la docencia, una de sus grandes pasiones. Ávida lectora, se lanza en el mundo literario con Zapatos de lluvia, su primera incursión en el mundo de la novela.