Otro de los grandes carnavales de la Comunidad foral es el de Lantz, uno de los máximos exponentes del carnaval rural. En esta pequeña localidad navarra de apenas 140 habitantes situada en el Valle de Anué en la Comarca de Ultzamaldea sus carnavales tienen una duración de tres días. Empezaron el domingo con el carnaval txiki, un día en el que los más pequeños fueron los auténticos protagonistas. El segundo día, son los mismos actos que el martes de Carnaval pero solo hasta mediodía. El día grande se ha celebrado este martes con el esperado ajusticiamiento y la quema de Miel Otxin en el frontón del pueblo.
Se trata de un malvado bandido que representa a los malos espíritus y cuyo nombre viene de la antigüedad por el robo de mil otxines (moneda usada antaño en Navarra).
Este muñeco, de tres metros de altura, porta los brazos en cruz, viste blusa estampada, pantalón azul y faja roja, y corona su cabeza un gorro cónico cuyos adornos y colores llaman especialmente la atención.
Quema de Miel Otxin - Foto: NATVEl lunes es capturado y paseado por el pueblo a ritmo de txistu y tamboril mientras que el martes de carnaval, tras recorrer las calles del pueblo, es ejecutado y quemado en la hoguera, mientras sus vecinos bailan el zortziko alrededor de la misma. Pero no sólo Miel Otxin es el protagonista. A él se unen personajes como Ziripot, un hombre gordinflón hecho a base de sacos rellenos de helechos y heno, que no puede moverse ni mantenerse en pie si no es por la ayuda de alguien. A Ziripot le persigue el Zaldiko, un caballo que arremete contra él hasta tirarlo al suelo, los Arotzak portan martillos y tenazas, y corren tras el Zaldiko para herrarlo, y por último los Txatxos, enfundados en pieles de animales y armados con palos y escobas gritan mientras fustigan a todos los vecinos.