Descubriendo al Santo Padre

Agencias
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Tras la honda huella que dejó el Papa Francisco, su sucesor abre ahora una nueva etapa en el Vaticano en la que deberá decidir si apuesta por su propio su sello o por el continuismo

El nuevo representante de la Iglesia católica saluda a la multitud que dio la bienvenida a su nombramiento. - Foto: Francesco Sforza (Reuters)

La elección en el cónclave del nuevo papa León XIV inaugura una era nueva en el Vaticano en la que el norteamericano deberá dejar su sello, siguiendo o cambiando el estilo, las costumbres o algunos temas pendientes de su antecesor Francisco. 
Ideológicamente, el nuevo obispo de Roma es una persona cercana a Bergoglio, sobretodo en el apoyo a los más desfavorecidos y a los migrantes.
Precisamente por eso, hay un interrogante en el aire: ¿Seguirá el estilo del papa argentino o buscará un carácter propio? Francisco adoptó una impronta sencilla, rehusando toda grandilocuencia en su oratoria y apariencia. Nada de casullas doradas, grandes oropeles, liturgias recargadas... incluso se enterró con los zapatos gastados que usó en vida. El aspecto como declaración de intenciones. León XIV deberá desvelar su propio estilo ya con sus primeros gestos y vestimentas. En su primera aparición pública y bendición Urbi et Orbi, tras ser elegido, ya se dejó ver con una muceta violeta ( esclavina que cubre el pecho y la espalda) sobre el hábito talar blanco.

Magisterio

El predecesor de León XIV abrió puertas que, hasta poco antes, parecían imposible de abrir. Reforzó el papel de la mujer en la Curia, incluyó a laicos en el Sínodo de Obispos, abogó por el regreso de los divorciados a la comunión e incluso aprobó la bendición «informal» de parejas homosexuales, en una de sus más controvertidas decisiones. La iglesia se encuentra en una encrucijada que, ahora, Robert Francis Prevost deberá dirigir con mano de seda, aunque en su primer mensaje ya ha avisado de que «Dios ama a todos incondicionalmente».
Agustino, misionero, este estadounidense con sangre española pasa por ser un hombre templado, pausado y afable y también muy cercano.

¿Dónde vivirá?

Los papas tradicionalmente residen en el Palacio Apostólico, a la derecha de la plaza de San Pedro, aunque Francisco prefirió hacer vida en una sencilla habitación de una residencia dentro del Vaticano, la Casa Santa Marta, mucho más austera, pero también más animada y transitada. ¿Hará León XIV lo mismo o bien preferirá regresar a palacio?

La corte

Una de las primeras decisiones a las que está llamado el nuevo Pontífice es a elegir a sus más cercanos colaboradores en la Curia Romana, en concreto a su secretario de Estado, que ejercerá como su poderosa mano derecha. El séquito que finalmente le acompaña también dirá mucho sobre la huella que quiere imprimir a su etapa.

¿Turquía?

Pocos meses antes de morir, Francisco reveló que se estaba preparando un viaje a Turquía para conmemorar los 1.700 años del Concilio de Nicea y tender un nuevo puente ecuménico, es decir, a una futura reunificación del cristianismo. ¿Seguirá sobre la mesa esta pretensión de su predecesor o bien León XIV optará por guardarla en un cajón?

Residencia estival

El Papa argentino, durante sus 12 años de magisterio, decidió no disfrutar del impresionante palacio de Castel Gandolfo, al sur de Roma, la residencia en la que sus predecesores solían pasar los meses del tórrido verano romano por ser algo más fresca que la Ciudad Eterna. Una decisión lamentada profundamente por los vecinos de esta localidad a orillas del lago Albano, ya que hasta la fecha muchos de ellos vivían de la afluencia de turistas que arrastraban los papas.

Viajes

Los viajes apostólicos también suelen dar pistas de por dónde irá el nuevo jefe del catolicismo. Francisco, por ejemplo, eligió para su primer desplazamiento la isla italiana de Lampedusa, puerta para los inmigrantes que escapan de África. En el de Benedicto XVI, el Papa teólogo acudió a Bari (sur de Italia) en mayo de 2005 para cerrar el Congreso Eucarístico.

China

Uno de los hitos geopolíticos de la era de Francisco fue un acercamiento histórico a China, país con el que el Vaticano no mantiene relaciones diplomáticas desde 1951. En 2018 la Santa Sede y Pekín acordaron el nombramiento conjunto de obispos y ha quedado renovado por otros cuatro años. ¿Lo mantendrá León XIV? Esa es otra interrogante que, de momento, no tiene respuesta.

La brújula geopolítica

En la última década, el Vaticano ha variado sus objetivos geopolíticos, dirigiendo su interés al este y al sur global, Asia y África, donde los católicos más crecen. ¿Seguirá esta estrategia o volverá la Iglesia la mirada a la vieja y secularizada Europa con su alejamiento de la religión?
La implicación en el tablero internacional también es otra incógnita a despejar, con los puntos candentes de la guerra de Ucrania y el conflicto árabe-israelí en Gaza.

¿Reino solitario?

El difunto obispo de Roma se dotó desde su inicio del llamado C9, un consejo formado por nueve cardenales que le asesoraba en sus reformas de la iglesia y la Curia. El nuevo Papa deberá aclarar si reinará en solitario o bien adoptará ese mismo modelo.

Modernización

Su predecesor introdujo evidentes aires de modernización en los engranajes del Vaticano. ¿Optará León XIV por continuar este camino? Es una pregunta que deberán despejar sus primeras disposiciones.
En todo caso, el nombre elegido -León XIV- indica una afinidad con León XIII, el Obispo de Roma que extendió su Pontificado desde el 20 de febrero de 1878 al 20 de julio de 1903, podemos intuir un Papa que modernizará a la Iglesia dentro de la ortodoxia. 
El italiano de su mismo nombre fue el primero en delinear la doctrina social de la propia Iglesia, poniendo por delante la dignidad del trabajador y la responsabilidad de los empresarios.



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